lunes, 15 de agosto de 2016

Temporal

Es que ni siquiera lo describiría como intenso... No sé ¿Viste cómo dicen que cada persona es un mundo? Ya, ella es por lo menos 3 o 4 universos.

(Enciende el penúltimo cigarro de la noche y por un rato la ansiedad que le provocan los finales lo distrae de lo que estaba diciendo, da un par de pitadas e intenta retomar).

Sí, por lo menos 3. 

Y pasa que en una semana los pude conocer todos, o sea no como uno conoce cada rincón de un sueño recurrente, fue más bien como un viaje en autopista, una que recorres por primera vez, que te va sorprendiendo a cada kilómetro y en el que vas memorizando cada pueblito que atraviesas, cada punto de referencia, cerros con formas de caras, islas que parecen animales gigantes, puestos de fruta en medio de la nada... En ese viaje nada tiene relación con nada, pero al mismo tiempo todo es relevante.

A unas horas de haber partido crees conocerlo todo aunque en verdad no conoces ni mierda, en la primera parada te sienes parte del lugar, pero eres menos que un turista, intentas convencerte, te obligas a creer que tus zapatillas ya pisaron ese suelo antes, pero esas no son tus huellas, ¿me entiendes?

Quiero subirla a mi carro y salir a la carretera, ir a algún lugar que ninguno de los dos conozca, estoy un poco harto de los lugares que ya conozco, quiero que ella ponga la música, canciones que nunca antes han sonado en mi carro y que me siga hablando. Loco, ella sí que sabe contar historias, hace las pausas en los momentos precisos. Aunque ahora que lo pienso nunca terminó de contarme una historia completa, solo me muestra pedazos de sus universos.

No ha sido intenso porque nunca fuimos demasiado rápido, tal vez eso ha faltado, un poco de velocidad, de adrenalina. O simplemente ella siempre estuvo mirando por la ventana mientras yo manejaba.

A veces parece que le estás hablando a alguien pero en verdad hablas contigo mismo, ¿te ha pasado? Es como cuando dejas la tele prendida pero solo para tenerla de fondo mientras haces otra cosa, no importa el canal ni el programa, solo la necesitas de acompañamiento. Todos necesitamos personajes secundarios.

Sabes que no soy bueno describiendo caras ni cuerpos ni sonidos, el registro de su voz que tengo almacenado en mi cabeza debe estar a siete cuadras de su voz real. Claro que hay características que memoricé, sus ojos, sus labios, la forma en la que dice "y", seguido de una pausa cuando quiere agregar una idea o un hecho a un relato. Pero lo demás no te lo podría describir, a veces me cuesta verbalizar y me paltea usar los adjetivos equivocados.

Le gustó una sola canción de mi playlist y no me jodió, tú sabes lo especial que soy con la música, y no me jodió. Se estaba quedando dormida y me preguntó el nombre de la canción que estaba sonando, era una de los Cadillacs, ¡de los Cadillacs, huevón! y no una de las conocidas, eso es como medio importante cuando menos.

Es que en serio, no ha sido intenso, es como cuando en la tele encuentras una película de la que nunca has escuchado hablar, ninguna crítica, ningún comentario, nada. Es más, no conoces a los actores, no sabes de qué año es y si no fuera por el idioma, no sabrías dónde la filmaron. Pero igual la ves, te quedas pegado, a la mitad te parece raro no haber sabido nada de la pela antes y cuando termina te queda una sensación rara; apagas la tele porque no quieres que otras imágenes contaminen lo que se te quedó en la retina. 

Sus ojos son de puta madre.

No sé quién de los dos habló más, pero pudimos hablar 18 horas seguidas. Hablamos y fumamos como mierda, nos cagamos de risa y nos pusimos existenciales y nos volvimos a cagar de risa y seguimos fumando. Es posible que ese día llegáramos a tener ese tipo de chistes internos que solo tienen las personas que se conocen hace tiempo. Pasar 18 horas hablando con alguien debe ser equivalente a una semana de interacción normal. 

Creo que ella habló más, yo la interrumpía para bromear y ella se reía.

Es de las chicas que usa tu polo de pijama, esa noche hubiera podido pasar horas viendo su espalda, memorizando sus piernas, respirando su cuello o besando su todo, pero no quería parecer un tipo raro, no quise volverlo intenso. Solo me aseguré de tocar sus tatuajes.

Me voy a quedar un rato más, no sé exactamente cuánto, pero por lo menos un rato más.

No fue intenso, pero sí fue rápido. Fue tan rápido que no recuerdo bien el orden. En un momento estuvimos en el mueble grande de mi sala con una frazada, también estuvimos en una sala de teatro sin saber si tocarle la mano o no, En otro momento hubo un par de cervezas, eso lo recuerdo porque ella sacó de su cartera un autito de cerámica que usamos de cenicero... me pareció genial que tuviera un cenicero en la cartera.Luego estuvimos en un parque con un desconocido y también tumbados en el pasto de otro. Yo estuve dentro suyo y te juro que ella estuvo dentro mío todo el tiempo.

El alcohol no tiene nada que ver, sobrio te estaría diciendo lo mismo... logró embriagarme la mente.

No. En verdad no sé bien qué pasó después. Parce que uno de sus universos tuvo un nuevo Big Bang, el agujero de gusano se cerró o en pleno viaje ella decidió que esa carretera no la quería recorrer. Espero que no tenga nada que ver conmigo, siempre consideré que manejo de puta madre.

Hasta ahora no la escuché tocar el ukelele y sigo pensando que mis canciones favoritas deben sonar muy bien en su voz o en la voz suya que tengo almacenada en mi cabeza.

Algún día la voy a llevar a desayunar pasada la hora de almuerzo, seguro recogerá una foto del suelo y veremos una de esas películas raras que nunca he visto. Voy a interrumpir su historia para decir un chiste y voy a ver sus ojos reír. Voy a dejar la puerta del carro abierta por si vuelve.


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